Se atusó el pelo y una nube de caspa cayó sobre sus hombros: el champú de 0.60 céntimos que utilizaba no era muy bueno, pero hacía espuma y era barato.
Sin palabras me atusó la parte de mi cuerpo que había servido de patín, y, como no di muestras de dolor, creo que se fue a merendar algo más tranquilo.