Quizá los modos de pensamientos netos, definidos, específicos, taxativos, no existan y sean sólo meras lucubraciones filosóficas o ideales a concretar.
Dejémonos de lucubraciones, pues, y no sigamos minando la credibilidad en nuestra naciente democracia, tan frágil que cualquier insana suspicacia puede dañar la irremisiblemente...
Sin más gastos de energía, tiempos mentales y lucubraciones, ilusorias, sobre lo que deberíamos o no hacer en la telenovela diaria para mejorar en nuestra vida.