La presencia de dolor abdominal cólico, vómito bilioso, distensión abdominal, ausencia de deposiciones y el antecedente de una laparotomía previa sugieren el diagnóstico.
En los temperamentos nerviosos y biliosos habrá un predominio de lo intelectual y psíquico por encima de lo sensorial y físico que caracteriza a los temperamentos linfático y sanguíneo.