Valga el símil, han sido descuajadas del cauce de un río caudaloso en posibilidades infinitas, para ser llevadas a un lugar yermo de la ribera, donde nada sucede.
Siempre atento a objetos cotidianos, su obra descuaja las certidumbres espaciales de los espacios familiares creando una mezcla de extrañamiento y de sorpresivo placer visual en el espectador.
Y para complementar sobreviene la inundación del 6 de diciembre de 1894 que descuaja árboles, derriba puentes, derrumba serranías y 129 casas, pero la casa, intacta, se yergue desafiante.
Se oye otra vez la motocicleta: un coche detrás: luego, como si un cuerpo enorme se introdujese en la casa desquiciando sin rumor puertas y descuajando tabiques.