Es decir, no estamos condenados a reproducir automáticamente nuestras prácticas porque se establece una relación dialéctica entre lo objetivo y lo subjetivo.
No son de izquierda porque dejaron de ser dialécticos, dejaron de estar en proceso para reemplazar la dinámica social por una estampita de la revolución.
Podríamos, incluso, ir más allá y afirmar que la mente humana, en su actividad normal y cotidiana, sigue las líneas matrices de esta lógica dialéctica.