De ello resulta una doble disimetría térmica entre las regiones costeras de los continentes, lo que influye en la distribución de la población en dichas zonas.
También es destacable su amplía disimetría cardinal, es decir, las importantes diferencias en términos geológicos, geomorfológicos y biogeográficos observables entre las vertientes norte, sur y este.
Esto no se siente como una trampa más que a partir del momento en que, por voluntad de dominio y de coherencia, se pretendiese escapar a la disimetría absoluta.