Pues si digo que es por la disimilitud, todas las cosas podrán decirse falsas, pues no hay ninguna que no sea disímil con otra, considerada como verdadera.
Esto es válido tanto para las disimilitudes que diferencian a los diferentes pueblos entre sí como para las diferencias internas que se dan dentro de un mismo pueblo.
Las disimilitudes entre el centro y los lados del diente en términos de color, forma, estructura y brillo, se prestaría para diferencias en cada observador.