Cuando sus vituallas escaseaban iba a visitar algún conocido, por si alguien necesitaba reparar la vivienda, construír una pared, embaldosar una vereda, solucionar unas goteras.
No estamos frente a un conjunto de prácticas o ejercicios devotos ni frente a actos de virtud que embaldosan como pacientes adoquines el sendero de la perfección.