La membrana sinovial produce un líquido viscoso que llena el espacio articular y que tiene como misión lubrificar la articulación y alimentar el cartílago articular que se llama líquido sinovial.
Sobre esta superficie de mucina, que se renueva a cada parpadeo, se extiende la lágrima acuosa, que es la que mantiene húmeda la superficie ocular y lubrifica el parpadeo.
La superficie del cartílago de los huesos contiene mucha agua encargada de lubrificar las articulaciones y permitir que las dos superficies opuestas resbalen libremente entre sí durante el movimiento.